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La necesidad.
“El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad” Efesios 4: 28
La palabra necesidad es tan amplia y se usa para tantas cosas, pero lo más común es pensar en la falta de algo. En el diccionario de tantas definiciones esta es una: Carencia de las cosas que son menester para la conservación de la vida.
La situación económica mundial está en problemas, y esto es parte de las mismas profecías bíblicas, más la esperanza y la confianza en Dios es; que nuestro Padre Celestial nos suplirá lo que necesitemos. Así lo escribió el apóstol Pablo en la carta a los habitantes de Filipos “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”
Hablando de necesidad, podemos decir que hay personas con necesidades económicas, materiales, emocionales, necesidad de Dios, necesidad de un abrazo, necesidad de la misma Palabra de Dios. Y si ponemos esa necesidad, sea cual sea, debemos de aplicar el versículo de Filipenses 4: 19 “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. Este mismo versículo en otra versión de la Biblia dice: “Por lo tanto, mi Dios les dará a ustedes todo lo que les falte, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús” (DHH)
También hay necesidades que son provocadas por desorden o falta de administración, dependiendo de lo que se trate. Recuerdo que un amigo mío compró un automóvil deportivo último modelo, y al mes de tenerlo, no sabía si comprar gasolina o pagar la mensualidad, ya que las cuotas eran muy altas, adicional el carro gastaba como si fuera un avión. Esa fue una necesidad provocada por la vanidad. Pero si hay necesidades básicas, en el orden que Dios establece, hay plena seguridad y confianza que Dios va a suplir.
Cuando la humanidad tenía necesidad de salvación, Dios envió a su único Hijo para suplir esa necesidad de vida eterna en el Cielo. Una de las naturalezas de Dios es la provisión. Cuando el pueblo de Israel era esclavo en Egipto les suplió una salida a la tierra prometida, en el desierto los alimentó con maná, también les dio agua de la roca, no tuvieron necesidad de vestido, ni comida. Con el sol les suplió una nube, con la noche un fuego. El Padre Eterno es amoroso y sabe lo que sus hijos necesitan.
En los momentos de abundancia damos Gloria a Dios, y en los de necesidad también, porque El hará el milagro, porque nos ama y estará con nosotros siempre.
Hoy te compartimos estos versículos:
“El que le suple semilla al que siembra también le suplirá pan para que coma, aumentará los cultivos y hará que ustedes produzcan una abundante cosecha de justicia. Ustedes serán enriquecidos en todo sentido para que en toda ocasión puedan ser generosos, y para que por medio de nosotros la generosidad de ustedes resulte en acciones de gracias a Dios” 2 Corintios 9: 10 y 11
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